El sabor del agua. ¿Es realmente insípida?

26 abril, 2016

sabor del agua

Reconoce los matices que ofrece el sabor del agua.

Cuando hablamos del sabor del agua tradicionalmente pensamos en las tres íes: inodora, incolora e insípida. Sin embargo, todas las aguas tienen un determinado sabor, lo sepamos o no reconocer.

Y es que el agua que bebemos, incluso la embotellada o tratada, contiene diversos elementos que la dotan de matices y por tanto, de sabor.

Algunos de estos elementos los podemos descubrir fácilmente por nosotros mismos. Por ejemplo, si agitamos una botella, a simple vista comprobaremos que el agua se pone un poco blanquecina. Esto se debe a que entre las sustancias que contiene, se encuentran los gases que contienen el aire, por ejemplo el oxigeno.

Otros elementos directamente se nos indican en el propio etiquetado de la botella o son publicados periódicamente por la distribuidora de agua que abastece de agua a la zona en la que vivimos. Un ejemplo de esto último lo encontramos en la web de Aigües de Barcelona donde se puede consultar la composición del agua.

Independientemente de que sea agua de grifo, de botella o tratada, el agua siempre contendrá una determinada cantidad de metales como el magnesio, calcio, potasio, sodio… y de otros elementos como los cloruros, sulfatos o nitratos. Y será la cantidad concreta de cada uno de ellos, la que determine su sabor.

En la composición del agua influyen diversos factores. De los más importantes son la propia procedencia del agua y la localización de nuestra vivienda. La OCU publicó el año pasado un informe muy interesante al respecto.

Burgos es la ciudad española con mejor calidad del agua en el estudio realizado entre 50 capitales de provincia y 12 localidades. La clave de su sabor, una baja mineralización y poca cal en su composición. Entre las peores, las zonas costeras destacando Barcelona con un nivel elevado de microorganismos aerobios. Alicante, donde entre los nutrientes del agua corren unos pequeños depredadores llamados trihalometanos o Palma de Mallorca con aguas muy mineralizadas

Sin embargo, hay otro factor al que no se presta prácticamente atención y que puede tener una enorme influencia: la instalación de tuberías. Si nuestra agua sabe rara, o tiene un olor característico, nuestra instalación de fontanería puede estar afectada por problemáticas como la cal o la presencia de cloro.

Este tipo de situaciones son más frecuentes de lo que puede parecer y de hecho, las hemos incluido dentro del “Solucionador de problemas” de nuestra web.

Pero, ¿cómo distinguir el sabor concreto del agua?

Aunque pueda resultar pretencioso, existen sommeliers que analizan el sabor del agua. No hace falta que os convirtáis en uno de ellos, con que pongáis en práctica algunas de las técnicas que os vamos a comentar, notareis cómo rápidamente aprendéis a diferenciar la percepción del agua.

Reconsidera la proveniencia del agua. No todo el agua para beber es creada igual. Conoce de donde procede la que bebes e infórmate de su composición. Te ayudará a ser más consciente de sus matices y de lo qué tiene de especial.

Para apreciar realmente su sabor, tu paladar no debe estar condicionado por sabores previos. Bebe exclusivamente agua durante un tiempo (nada de refrescos, zumos, alcohol…) y notarás como se eliminará tu afinidad por la dulzura, los ácidos y otras texturas y comenzarás realmente a disfrutar del sabor.

Haz una prueba bebiendo el agua del grifo, puedes saborear los químicos con los que se trata como los cloros. Pruébala luego filtrándola en una jarra o usando un equipo de ósmosis inversa: Descubrirás una gran diferencia.

El agua destilada es aquella que calentamos y una vez hecha vapor condensamos de nuevo. Es el agua que se suele utilizar para planchas o maquinarias pero también es apta para el paladar. No obstante, esta agua pierde sus minerales por lo que su sabor es totalmente diferente a lo que bebemos habitualmente. ¡Pruébala!

Justo lo contrario te ocurrirá si bebes agua directamente de un pozo o de un manantial. Notarás el sabor de los diferentes minerales que contiene y que son exclusivos del lugar en el que está ubicado.

Cambia el sabor del agua añadiéndole un chorro de limón u hojas frescas en pequeña cantidad. Te aportará experiencias sensoriales distintas, dando una serie de matices muy interesante y además potenciando sus propiedades desintoxicantes.

Entrenar nuestro sentido del gusto para el agua solo es cuestión de práctica y tiempo. Os animamos a que lo hagáis. Os ayudará a ser más conscientes de la calidad del agua que consumís y podréis anticiparos y prevenir cualquier anomalía que pudiera haber causada por la ingesta de una agua de baja calidad.

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